Mientras me persiga el sudor de los relojes de arena,
el titilar de mil serpientes en raya diplomática,
las alzas y las bajas bursátiles,
el porcino color de la publicidad,
sabré que soy libre,
libre, al menos ,para morirme de asco.
Para implorar ciudades inexistentes,
cargar con fantasías, pajas mentales,
y demás utillería.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Para morirte de asco?!No, eso no.
ResponderEliminar:)
Violetcarsons.